Nuestra misión es llevar el amor de Dios a las familias, impactando nuestra ciudad, nuestra provincia, nuestra nación y hasta los confines de la tierra. Somos una iglesia formada en el corazón de Dios con la visión de extender su reino celestial, siguiendo el ejemplo de Jesucristo: enseñar, predicar y sanar, para que cada persona pueda descubrir su propósito y vivir el llamado que Dios tiene para ella en esta vida.
Nos apasiona cumplir los mandatos divinos y experimentar su presencia, trabajando con dedicación para dejar un legado de bendición, autoridad y poder a las futuras generaciones. Queremos que ellos comiencen donde nosotros hemos dejado, avanzando con fe y determinación.
Por eso, cada encuentro en nuestra iglesia está lleno de la presencia de Dios, acompañado de revelaciones profundas de su palabra y manifestaciones tangibles de su poder. Creemos firmemente en un Dios vivo que transforma, restaura y guía a su pueblo hacia un futuro de esperanza y propósito.